Envíanos Tu Espíritu
Envíanos tu Espíritu de fuego,
Señor tras de las nubes escondido;
llamas bermejas, cálido vestido
sobre este pecador rebelde y ciego.
Abre mis ojos a tu luz, que niego
mi pasado frenético, perdido.
Sea tu cáliz de oro, abergue y nido
tu alba de paloma mi refugio eterno.
Envíalo, Señor; sabes que anhelo
tu palabra de vida, tu mirada,
tras el día bizarro de tu vuelo.
Plumas y ardores en la madrugada;
hazme tu apóstol en pasión y celo,
mi alma en tu roja luz purificada.
|
||